Cuando nos referimos al mecanizado mediante el arranque de viruta, tenemos que tener en mente que puede llevarse a cabo por diferentes métodos. En esencia, es un procedimiento con un solo fin: la remoción del material para conseguir una pieza o componente con medidas diferentes. Pero ahora dependiendo de la herramienta de corte que se utilice, las empresas pueden conseguir diferentes resultados aparte de que la misma tiene especificaciones diferentes como es el filo que tenga para realizar el trabajo. El aplicar una técnica de pulvimetalurgia como forjado o laminación, con anterioridad, tiende a pasar por un procedimiento en el que se le reduce o remueve material del componente que se está trabajando. Entre estos procesos resalta el que a continuación abordaremos.
Tomando en consideración como funciona el trabajo de mecanizado mediante el arranque de viruta, juega un papel muy importante que la pieza o componente que este destinado para el trabajo a realizar cuente con un elevado nivel de maquinabilidad como característica principal, es decir, que pueda sufrir remociones o cortes de material a través del útil o la herramienta de corte. Por otra parte, existe un momento en el que se requiere de cierto esfuerzo para sostener y ajustar el útil de corte hacia el componente, ya que muchas veces es muy suave y, por tal motivo, no se logra alcanzar el objetivo del proceso. Esto es, pequeñas limitaciones físicas que pueden afectar directamente la actividad.
Procedimiento del mecanizado mediante el arranque de viruta
El mecanizado mediante el arranque de viruta, lo conocemos como un proceso en el que se retira mucho material. Iniciamos con el desbaste con el que se pretende conseguir una pieza más aproximada a la ideal o la que está representada en el plano, requiere de un elevado avance y velocidad de corte. Por lo que, se puede esperar que los cortes sean con una precisión inexacta en un fragmento de tiempo muy disminuido. Continuando con la misma tendencia el siguiente paso en el proceso de mecanizado es conocido como el acabado el cual no es más que seguir ejecutando un proceso de corte solo que más riguroso, es decir, más precisión en la que las superficies obtenidas presentan una rugosidad baja, la forma de diferenciarla del primer proceso es que se mantiene la velocidad de corte muy alta y un avance muy bajo.
Para finalizar un correcto procedimiento de mecanizado mediante el arranque de viruta, es necesario que como en el primer proceso de desbaste se ejecute con una velocidad muy alta y avance elevado. Para lograr que el método de corte se convierta en un proceso abrasivo, y conseguir las medidas finales requeridas según el plano.
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