Mecanizado trocoidal y su aplicación
Desde hace algunos años, las tendencias es en dirección hacia la tecnología. Esto a su vez, nos lleva a realizar procesos de mecanizado con pasadas en menores profundidades y velocidades de corte mucho mayores. El resultado ha sido un aumento considerable en la durabilidad de las herramientas y una reducción del tiempo en el mecanizado. Uno de ellos es el mecanizado trocoidal, pues la herramienta trabaja con alta velocidad y profundidad, llevando pequeñas cargas laterales con un diámetro aproximado del 15%.
Esta carga mínima hace que el mecanizado trocoidal provoque fuerzas radiales de poca potencia. Por esa razón, es un proceso ideal para desbaste o semidesbaste de materiales como el acero, aleaciones muy resistentes o aquellos cuyas vibraciones los vuelven sensibles. También conocido como fresado trocoidal, este método es altamente útil al momento de hacer ranuras. Por el contrario, su proceso de recorte se usa para semidesbastar las esquinas.
¿En qué consiste el mecanizado trocoidal?
El mecanizado trocoidal es un proceso de fresado que se lleva a cabo a través de constantes movimientos circulares los cuales, poco a poco, se van desplazando hacia adelante para formar la ranura. Estos movimientos determinan el ancho deseado, ya que la fresa remueve los recortes sucesivos cuando va recorriendo la forma espiral en dirección radial continuamente. Forma parte de los HSM (high speed machining), también llamados mecanizados de alta velocidad, los cuales se ha comprobado que son muy productivos y seguros.
Las técnicas usadas en el mecanizado trocoidal se aplican tanto al recorte como al fresado y permiten no solo un corte más profundo sino también menor estabilidad y mínima fuerza en el momento de aplicar el corte radial. Esto significa que no hay casi vibración debido a que se empaña un diente a la vez. Asimismo, la reducción de calor en la zona hace posible que la velocidad sea mayor, generando más avance dentro de un espesor de viruta reducido.
Ventajas del mecanizado trocoidal
Con el mecanizado trocoidal, extraemos hasta en 60% la viruta aumentando considerablemente su espesor y usando un menor diámetro de herramienta. Esto a su vez hace que podamos utilizar el proceso en el desbaste de piezas de grandes dimensiones cuyos diámetros pueden oscilar entre 16-20 mm. Una ventaja competitiva con respecto al mecanizado convencional en donde debemos ir limpiando esquinas.
Igualmente, el mecanizado trocoidal nos proporciona mejores condiciones en el momento del corte, ya que se aprovecha al máximo la herramienta, cuando se desgasta uniformemente todo el filo. También, los acabados superficiales con esta técnica suelen ser más suaves con vibraciones pequeñas o casi nulas. En cuanto a la carga térmica que se genera, es poca. Por lo tanto, no se aplican grandes cantidades de refrigerante.
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